
Lo peor de una mujer con el corazón roto es que empieza a repartir los pedazos.
Otra vez vuelves a mi vida. Pasarán los años y seguirás ahí, como un litigio al que recurrir. Es pura simbiosis, cuando ambos lo necesitamos, simplemente estamos. Es distinto, contigo siempre es así, pero me siento a salvo en tus brazos. Me encuentro redimida en tus sábanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario