sábado, 31 de diciembre de 2011

Leer el 2011

Existe una lista, un pedazo de papel tan sólo, un muro de deseos y predicciones que se colocan como piedras, que consolidan el transcurso de un año. Se guarda en el olvido durante todos esos meses, se percibe descuidado y, por lo general, pasada inadvertido. Permanece plegado, y como única señal para reconocerlo lleva escrito el año del que, en su interior, profetiza.

            Familiares, amigos, conocidos, mascotas…unos van, otros llegan. Todo cambia y nada lo hace realmente al mismo tiempo. Cortas tu cabello, renuevas tu ropa, te mudas, lloras, ríes, te enamoras, olvidas, creces, y al final del camino, observas que apenas has avanzado.

            De modo que tras tan sólo un año, desdoblas aquel trozo de papel y lo lees, y todo se esfuma entre tus dedos y ante tus ojos. Parece imposible contar los días desde la última vez que lo tuviste entre tus manos y ver lo lejano que queda aquello. Observas como las rocas más firmes a veces se quiebran, y son sustituidas por otras que nunca creíste pudieran hacerlo.

            ¿Algo que resaltar? Un adiós para siempre. Un viaje inolvidable. Unas/os amigas/os que nunca fallan. Y alguien al que nunca pensé pudiera querer así.

            ¿Y el año que viene…? Leer un 2012.